La gorra cubre la cabeza, el cuello, las orejas y la frente hasta el arco superciliar.
Está diseñada para efectos terapéuticos locales en el tratamiento de lesiones y enfermedades del cráneo y las estructuras cerebrales (conmociones cerebrales, hematomas, contusiones cerebrales), así como en la cara y el cuello.
Está indicada para lesiones musculares, hematomas, abrasiones, quemaduras y congelación, así como para dolores de cabeza, mareos y otras molestias en la zona de la cabeza.
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